Al fin conseguí hacerme con una máquina recreativa para casa, un sueño de la infancia hecho realidad. Un sueño que ha llevado un proceso, desde ese deseo de niño, pasando por la aparición de los primeros emuladores y que continúa con la colocación de tan aparatoso mueble en mi habitación.

La idea principal de esta página es compartir mi sueño con vosotros y, quizás, así ayude a alguien más a que cumpla el suyo.

29 abril 2005

Fase 3. Primeras mejoras estéticas

Después de superar el shock de ver el Bomb Jack por primera vez en mi recreativa, decidí que era momento de aparcar las pruebas hasta la llegada del Ipac y dedicarme a otros menesteres.

En concreto, aparte de una buena limpieza, decidí quitar los ceniceros que venían atornillados en el panel de control. Siempre me han dado cierto repelús las recreativas llenas de ceniza, así que en la mía he decidido que no se fuma.



Esos ceniceros irán fuera

Por otra parte, la marquesina no venía iluminada, así que bajé a la ferretería a comprar un tubo fluorescente de bajo consumo. Aunque la marquesina que trae es fea y tengo intención de cambiarla, al menos encendida dice algo más. Simplemente tuve que tirar dos cables desde la fuente de alimentación y ya estaba el invento funcionando.



El tubo fluorescente que ilumina la marquesina

24 abril 2005

Fase 2. Primeras pruebas

Aquí llega la segunda duda. ¿Cómo conectar el panel de control al ordenador? Usando un dispositivo como el Ipac o similar, o bien hackeando un teclado. Pedir un Ipac no es algo especialmente barato, pero consideré que me iba a merecer la pena frente al tiempo que iba a perder hackeando un teclado. Así que lo solicité a Ultimarc.

Mientras me llegaba el Ipac, como soy una persona a la que le gusta ver resultados, aunque sean pequeños triunfos, me planteé como siguiente meta conseguir ver el ordenador en el monitor arcade. Ya había leído mucha información sobre el tema y más o menos tenía claro los pasos que debía seguir.

Lo primero que hice fue montar un ordenador con "lo mínimo", a base de piezas que tenía por casa. El resultado fue un Pentium II con 192MB de RAM, un disco duro de 8Gb, una tarjeta de sonido Sound Blaster AWE 64 y una tarjeta gráfica ATI Rage Pro. En esta configuración instalé un sistema operativo Windows 98, aunque en principio con idea de trabajar en modo MS-DOS. Para hacer las primeras pruebas, descargué de Internet la versión más reciente que había de Advance MAME (una versión de MAME especialmente diseñada para visualizarse en monitores arcade).

En ese momento, sólo restaba fabricar el cable de unión entre el ordenador y el monitor arcade. Bajé a la tienda de electrónica a por los componentes necesarios, un poco de soldador y listo, ¡a probar se ha dicho! Sacando de Internet el esquema del conector VGA y gracias a que la recreativa me la vendieron con los esquemas del monitor y la fuente, pude hacer el cable a la primera. Parecía mentira, ¡pero funcionaba!


Para probar elegí el Bomb Jack, todo un clásico

23 abril 2005

Fase 1. Conseguir el mueble

Tras un largo periódo de maduración, la decisión estaba tomada. Quería tener una máquina recreativa en casa. Había que ponerse, pues, manos a la obra.

Una vez embarcado en la tarea, hecho hueco en casa (o al menos con idea de dónde acoplar el tema) y con algo de dinero disponible, tenía una idea de lo que quería conseguir. Un mueble para 2 jugadores, con 6 botones por jugador, pantalla de, al menos, 25 pulgadas, altavoces estéreo y monedero. Evidentemente, a base de dinero todo se hace, pero el presupuesto es limitado.

Pero por algún sitio hay que empezar, así que surgió la primera elección. ¿Tratar de conseguir un mueble "original" o bien construir uno partiendo de cero? En mi caso, ya que soy un poco chapucero con el bricolaje, decidí intentar hacerme con uno de segunda mano.

Empecé a buscar por Internet, en foros y páginas de la temática, y al final contacté con una persona que me vendió una en bastante buen estado, con pantalla de 25 pulgadas y 3 botones por jugador, y el típico conector JAMMA.

La placa de juego con la que venía en principio no me interesaba, ya que estaba claro que en el corazón de la recreativa iba a residir un PC corriendo el MAME, así que me pareció un gasto innecesario.

Lo que me interesaba principalmente es que el mueble fuera sólido y el monitor en buen estado. El panel de control, al ser de 3 botones por jugador, sabía que en un futuro iba a tener que rehacerlo, y tanto el PC como el sistema de sonido ya los ponía yo de mi cuenta.

Gracias al novio de mi hermana, que consiguió una furgoneta, pudimos efectuar el transporte de la mercancía sin demasiados contratiempos. Sudamos un poco para subirla hasta aquí pero, por fin, tenía una recreativa en casa, aunque todavía quedaba muchísimo trabajo por hacer.


La recreativa nada más llegar a casa